Nuestro cerebro funciona por millones de conexiones sinápticas por segundo. Los neurotransmisores son sustancias que se encargan de llevar esas conexiones por distintos caminos. Todos tenemos activado por defecto uno de ellos. Si caemos en la cuenta de que ese neurotransmisor no es el adecuado para una determinada situación, somos capaces de modificar la trayectoria eligiendo un neurotransmisor distinto. Aunque puede pasar que queramos cambiar de neurotransmisor y no podamos, porque no es fácil saber conducirlos; se requiere entrenamiento.
1. Busca la clave hermenéutica que te permita comprender los máximos significados (Umberto Eco)
Cuando hagas una crítica o interpretación de un texto escrito, visual o hablado, evalúa su nivel de coherencia semántica. Es decir, centra tu interpretación en alabar la coherencia y en criticar la incoherencia. La coherencia depende de que estén alineados dos elementos: el topic y las isotopías. El topic es el tema fundamental. Es el que permite enfocar o crear un principio de interpretación coherente. Las isotopías son los rasgos semánticos que permiten hacer una lectura uniforme. Si el discurso tiene isotopías coherentes entre sí y coherentes con el topic, estaremos ante un texto coherente. El valor artístico residirá en las sinergias y la coherencia entre las distintas isotopías.
2. Combina información, feedback y expectativa (Daniel Goleman)
Los equipos altamente inteligentes son los que no tienen miedo al conflicto, porque no tiene miedo a la crítica. Todos necesitamos un feedback de lo que hacemos. La peor sensación es la de sentirse ignorado. Para hacer una crítica constructiva, utiliza feedback descriptivo y objetivo. Combínalo con feedback correctivo sobre aspectos que no funcionan. Expresa una expectativa positiva de cómo se puede mejorar. Y evita las críticas en esos momentos en los que todos estamos encendidos.
3. Evita el pensamiento único, empatiza y potencia la diversidad de perspectivas (Ignacio Ramonet)
“En las democracias actuales, cada vez son más los ciudadanos que se sienten atrapados, empapados en una especie de doctrina viscosa que, insensiblemente, envuelve cualquier razonamiento rebelde, lo inhibe, lo perturba, lo paraliza y acaba por ahogarlo. Esta doctrina es el pensamiento único, el único autorizado por una invisible y omnipresente policía de la opinión”. (J Ramonet).
Si quiere pensar distinto tendrás que aprender a comunicar bien, aunque sea para decir que hay otros valores como la justicia, la igualdad, la felicidad, la autonomía...Los nuevos amos del mundo son empresas de telefonía, de comunicación y de tecnología. Y la estrategia es la repetición constante de mensajes en todos los medios de comunicación. Atiende a estos tres motores ideológicos del pensamiento crítico: el mito del progreso, la primacía de la técnica y el dogma de la comunicación subordinar la ética por conectar con el público).
4. La sociedad uniformada empuja a la gente a buscar el riesgo como válvula de escape (Ulrich Beck)
El pensamiento único produce un mundo uniformado; todo es estándar, homogéneo. Esto explica la fascinación por el riesgo como una reacción contra el excesivo control y la falta de autonomía. Critica todo lo que mate la originalidad, la singularidad, la espontaneidad, la creatividad. Nunca permitas que se critique al diferente solo por ser diferente.
5. No es lo mismo pertenecer a una red social que pertenecer a una comunidad (Zygmunt Bauman)
Ulrich y Bauman dicen que vivimos en un mundo cosmopolita pero que todavía tenemos una mentalidad pueblerina. La gran pregunta de nuestro kit crítico es: ¿es posible la ética en este mundo globalizado? El reto de la humanidad es la construcción de comunidades colaborativas basadas en el principio ético del bien común. La futura era de estas comunidades será la que aprenda un nuevo código cosmopolita.
6. El proyecto moderno es un proyecto centrado en la emancipación (Jürgen Habermas)
Habermas dice que los problemas de la actualidad surgen de no haber sabido completar el proyecto de la Ilustración. Uno de los peligros que denuncia es la pretensión de superar las crisis de la modernidad regresando a estados premodernos. Él propone el camino contrario: salir de la crisis actual es recuperar el proyecto originario de la modernidad a través de la emancipación de las personas y los pueblos. Para ello sugiere recuperar los ideales de la modernidad: una auténtica fraternidad global, una auténtica libertad que supere el individualismo actual, y un concepto comunitario de igualdad.
(AA.VV. Valores Éticos. 4 eso. Editorial Edelvives. Zaragoza. 2015)
1. En publicidad, lo normal no interesa (Oliviero Toscani)
Lo simple, creíble y breve no interesa, aburre, no se lee, y cuando el espectador no se detiene a leerlo, no existe. Toscani, uno de los responsables de publicidad más importantes de la historia, decía que el mensaje es el debate, la polémica, sorprender, decir algo que el receptor no espera, provocar la discusión, que la gente reflexione, generar caos, novedad, ser una bofetada que llegue a lo visceral, que remueva, que confunda.
2. Impacta con un mensaje denotativo y connotativo (Roland Barthes)
El marketing utiliza dos mensajes: la denotación o mensaje literal, que consiste en decir algo de manera directa y comprensible, y la connotación o significado oculto, que funciona en un plano emocional, generando sugerencias y conexiones. Que no falten en tu kit semiótico, imágenes, sensaciones, sentimientos; deja tu mensaje abierto, sugerente.
3. Comunica con diseño ( Daniel Pink)
Dice Daniel Pink que llevamos siglos dominados por la cultura del hemisferio izquierdo, pero acabamos de entrar en la era del hemisferio derecho. Del marketing basado en la lógica hemos pasado al marketing de la era conceptual. Las marcas y campañas que triunfan son aquellas que transmiten una identidad, un universo de autenticidad. La gente huye de productos y campañas prefabricadas. El marketing transmite emociones, formas de vida y filosofías mediante la empatía, la comunicación no verbal, los elementos contextuales que han sido trabajados con coherencia.
4. Cuenta una historia, una metáfora, una analogía o un caso (John Kotter)
Ha muerto el viejo marketing literal, funcional, textual, analítico. El marketing del estorytelling es metafórico, paradójico, estético: cuenta la historia de un caso, que a su vez transmite un valor universal. Son conocidos los discursos de Steve Jobs, que, en lugar de aburrirnos con propiedades de sus dispositivos, nos contaba la historia de su vida, el alma de su marca.
5. Crea sinergias y gamificación (Sebastián Deterding)
El marketing tradicional se basaba en estrategias unidireccionales. El marketing actual se basa en el paradigma de la conversación, en caminos bidireccionales o multidireccionales. En la era de las redes sociales no es fácil engañar al consumidor. En 2010 Pepsi anunció que abandonaba la estrategia de publicitarse en los grandes acontecimientos deportivos y culturales. Desde entonces se centra en crear comunidad virtual en internet mediante estrategias de gamificación, jugando con el destinatario, con sus fotografías, vídeos e historias. Deterding define el término gamificación como “el uso de las mecánicas de juego en entornos ajenos al juego”. Así que en el kit semiótico debemos usar el juego, el humor, los retos, el equipo, las conexiones, las complicidades, la espontaneidad. Que los demás noten que disfrutamos con esto.
6. Personaliza, transmite el sentido, tu visión (Karl Albrecht)
Los anuncios actuales no venden objetos, muestran experiencias de seducción. El marketing no busca vender el producto a corto plazo, sino crear un lazo emocional con el consumidor que sea perdurable, compre o no. Importa lo que los clientes sientan por la marca. El marketing inteligente no es invasivo, impertinente, descarado. Quiere llegar al corazón, conectar con la búsqueda de sentido de cada persona en particular, conectar con sus pasiones y sus sueños. Debajo de cada marca hay un valor que transmite una cosmovisión del mundo. Coca Cola habla de felicidad, Apple de personas diferentes y creativas, Body Shop de conciencia ecológica, Nike de contracultura...
Albredcht dice: “Las crisis actuales de las empresas son crisis de significado. La gente no está segura de sí misma porque no ve que el porqué está detrás del qué”. Así que incorporemos a nuestro kit semiótico la necesidad de transmitir el porqué del qué, el sentido emocional o existencial que lo que transmitimos pueda tener para nosotros o para cada persona que nos escuche.
(AA.VV. Valores Éticos. 4 eso. Editorial Edelvives. Zaragoza. 2015)
Las habilidades sociales, la persuasión y la comunicación no son inventos de la sociedad mediática. En la Grecia clásica, en Roma... la asignatura estrella era la Oratoria o Retórica, el arte de aprender a hablar en público. Se ve que no hemos aprendido mucho, porque el miedo escénico sigue siendo una de las mayores preocupaciones de nuestra sociedad. Si pensamos que no servimos para esto, debemos saber que solo el 10% de las habilidades comunicativas son innatas, que el 90% se pueden aprender.
En latín, “inventio” significa “encontrar”. La clave de un buen discurso consiste en transmitir ideas potentes. ¿Cómo se generan? Tiene dos vías. La primera vía es inventarlas. Concéntrate en que todo tu ser se va a dedicar a inventar ideas. Pide ayuda, la creatividad en equipo se dispara. Y ponte a escribir. Escribe ideas locas. Mira un objeto cercano y escribe una idea. Recupera un recuerdo de algo reciente y escribe una idea. Piensa en una canción, una película, un personaje...y escribe más ideas. Selecciona la que más te gusta como idea principal y aprovecha otras para hacer conjuntos de ideas que pueden ayudarte.
La segunda vía es encontrarlas. La inspiración sale a tu encuentro muchas veces a lo largo del día, el problema es que no le abrimos la puerta. Apunta todas las ocurrencias que tengas, aunque te parezcan tonterías sin sentido.
Los retóricos latinos decían: “La inventio es el hallazgo de asuntos verdaderos o verosímiles que hagan probable la causa que el orador defiende”. Así que no te conviertas en un vendedor de humo. Si te quejas de que el mundo te manipula, no lo hagas tú también. Sé auténtico, creíble, toma conciencia de lo que llevas dentro y muéstralo. Combina tu credibilidad con la originalidad. La gente no soporta el aburrimiento. Sorprende.
Haz un esquema de lo que quieres decir. Desarrolla tu idea principal en partes, manteniendo un dinamismo. Los latinos hablaban de cuatro grandes partes del discurso:
*Exordium: cuida el inicio de tu discurso. Presenta tu causa y capta la atención del público. Conecta con ellos transmitiendo sentimientos que generen complicidad.
*Narratio: enumera y haz una exposición de los hechos que respaldan tu causa. Intenta que los oyentes te acompañen en la progresión de las ideas. Intenta que visualicen lo que dices.
*Argumentatio: transmite tu tesis (probatio). Ten en cuenta las tesis contrarias a la tuya y refútalas persuadiendo al público con argumentos potentes (refutatio). Aporta pruebas, ejemplos, casos o hechos que respalden tus ideas.
*Peroratio: ten preparado un buen final. Sintetiza y concluye. Y no te conformes con eso; es el momento de impactar en sus sentimientos y pasiones.
Intenta ser preciso, claro y tener argumentos bien estructurados. Los retóricos hablan de la densidad para identificar un buen mensaje, y la densidad se logra cuando decimos más con menos, cuando logramos sintetiza en una frase algo que cala en el público, porque es muy sugerente. Para logra densidad es bueno ser preciso e las ideas, pero se logra especialmente cuando somos creativos en la forma. Las figuras retóricas nos ayudan a expresar ideas de forma distinta a la habitual. Por eso hablan de “desautomatización”, que consiste en hablar de lo cotidiano de forma no cotidiana, no automática.
Es el momento de ensayar. Podemos escuchar consejos que otros nos den sobre cómo nos tenemos que mover, cómo tenemos que pronunciar, etc., para ser más persuasivos.
Los retóricos tenían un truco para memorizar mejor, al que llamaban “loci” (“lugar”). Consiste en crear varios lugares en la memoria donde colocar las ideas. Estos espacios mentales están conectados entre sí y representan una totalidad. Esto es lo que se conoce como nemotécnica o técnica de memorización. Memorizar el discurso te ayuda a ser más espontáneo y a estar pendiente del contexto y de las reacciones del público. Además, así conseguirás que el público retenga las ideas, igual que tú.
Cuando hablamos, un 7% es comunicación verbal (el contenido, las palabras clave, las expresiones) ; el 38% corresponde a las características vocales (el tono, el tiempo, el timbre y el volumen); y un 55% es comunicación no verbal ( la posición del cuerpo, los gestos, el rostro y la respiración, entre otros) Decía Cicerón, quizá el más importante de los retóricos latinos: “La pronunciación es el gobierno de la voz y del cuerpo a partir de la dignidad de las cosas y de las palabras”. Distingue la importancia que tiene el saber actuar y el saber hablar. Para saber actuar tienes que dominar el arte de usar tu cuerpo, tu voz y tu movimiento.
Incorpora a tu kit retórico y presta atención a estos elementos: la postura, los gestos, el aspecto, el tono de la voz, la expresión de los ojos, la sonrisa, la distancia con el interlocutor, la forma de escuchar y la confianza en ti mismo. Shakespeare decía que los oradores emiten dos discursos a la vez: el que se oye y el que se ve.
es la capacidad de transmitir un gran número de ideas sin estancarse, sin distraerse y de forma ágil.
es la capacidad de expresar las ideas con seguridad, estando abierto a otras ideas y adaptándose al interlocutor.
(AA.VV. Valores Éticos. 4 eso. Editorial Edelvives. Zaragoza. 2015)
Mucha gente opina que los humanos somos distintos de los animales. Sin embargo, debemos aceptar que nosotros también somos animales. Entonces, ¿en qué somos diferentes y en qué somos iguales?
Seguro que todos hemos oído expresiones como: eso no lo hacen las personas, es cosa de animales; es un bestia. Censuran un comportamiento que se considera impropio de humanos. Los animales suelen concebirse en negativo, como lo opuesto a los humanos. Por eso también decimos “las relaciones de los humanos con los animales”. Parece que existe una gran brecha entre la naturaleza del ser humano y la de los animales en la consideración que merecen unos y otros.
El ejemplo más claro de esta mentalidad lo encontramos en filósofos de inicios de la Edad Moderna, como Descartes o Malebranche. Afirmaban que, a diferencia de los humanos, los animales no tenían mente, lo cual los convertía en una especie de autómatas o máquinas perfectas.
Como no tenían conciencia, los animales no tenían sensaciones, y cuando evitaban golpes o heridas no se debía a que sintiesen dolor, sino a que habían sido creados para preservarse a sí mismos. Huir era un reflejo. Les pasaba como cuando nos anestesian y no sentimos las incisiones del cirujano.
Según esa mentalidad, no disponían de ninguna de las funciones que acompañan a la conciencia. No tenían la capacidad de decidir, ni voluntad, ni moral. Solo los guiaba el instinto. Tampoco estaban dotados de inteligencia: no podían realizar operaciones aritméticas ni geométricas, y no eran capaces de construir instrumentos ni de utilizarlos.
Carecían también de identidad personal. Su falta de imaginación los incapacitaba para tener previsión del futuro y mantener recuerdos del pasado. No eran conscientes de su propia muerte y, por eso, no la podían temer. Vivían en rebaños o mandas, sin relaciones entre los individuos ni forma de sociedad alguna, salvo excepciones como las hormigas o las abejas. No tenían lenguaje, solo gritos en forma de bramidos, ladridos, aullidos, relinchos, piulidos...
En cambio, hay quien sostiene que no existe ningún abismo entre humanos y animales. Por ejemplo, hay quien cree en la transmigración, que significa que cuando un ser vivo muere, su alma pasa (transmigra) a otro ser vivo, se reencarna animando el nuevo cuerpo, que puede ser humano o animal. El budismo y el hinduismo sostienen la transmigración de las almas, como en la Antigüedad lo hicieran el pitagorismo y el platonismo.
A principios del siglo XIX, el filósofos J. Bentham (1748-1832) defendía que la capacidad de experimentar placer y dolor eran común a humanos y animales, y que, por eso, les debíamos evitar el dolor y el sufrimiento. En el mismo siglo, Schopenhauer y Nietzsche propusieron que teníamos que aprender de la serenidad y de la fuerza vital de los animales.
La teoría de la evolución de las especies de C. Darwin estableció científicamente la continuidad entre los animales y los humanos.
Según Darwin, las especies actuales provienen de especies anteriores. Los seres humanos tenemos antepasados comunes no solo con los monos, sino también, en diferentes grados, con otros mamíferos, las aves, los peces, etc. Por eso, en lugar de decir humanos y animales, sería más propio hablar de animales humanos y animales no humanos.
Se han atribuido cualidades humanas a los animales: la astucia al zorro, el valor al león, la sabiduría a la lechuza o la nobleza a los caballos. Aunque la teoría de Darwin sugería que los animales podían tener cualidades humanas, se consideraba científicamente poco riguroso observarlos como si tuviesen conciencia, intenciones y moralidad.
Atribuir a los animales cualidades consideradas específicamente humanas se denomina antropomorfismo (“dar forma humana”).
La teoría de la evolución da por supuesta la continuidad entre las especies. Los rasgos anatómicos, fisiológicos y conductuales de una especie son similares a los de especies anteriores.
Podemos decir que características humanas como la conciencia, la construcción de instrumentos, el pensamiento abstracto, la identidad personal, la conciencia moral, etc., deberían estar presentes de alguna forma en los antepasados comunes de otras especies actuales cercanas a la nuestra. Por tanto, esas otras especies podrían haber heredado características similares.
Si adoptamos las perspectivas del emergentismo (teoría que defiende que la mente surge del funcionamiento del cerebro, aunque una vez que ha surgido, tiene un funcionamiento relativamente autónomo) o del epifenomenalismo (teoría que defiende que la mente es solo un producto del funcionamiento del cerebro, y tiene poca o nula influencia en la conducta), que defienden que la mente surge del cerebro, podemos pensar que estructuras cerebrales semejantes darán lugar a características mentales parecidas. Y ya que los humanos no tenemos ninguna estructura cerebral diferente a la de muchos otros animales, como los mamíferos y las aves, no hay ninguna base para afirmar que haya características exclusivamente humanas.
Esto no significa que esos animales tengan exactamente las mismas características mentales que los humanos. Puede haber diferentes niveles de conciencia, de inteligencia y de dinámica mental.
Las diferencias entre humanos y no humanos son de grado, no de tipo.
La capacidad de sufrir es común en todos los animales dotados de sistema nervioso. La capacidad de captar estímulos nocivos, que se da en receptores neuronales específicos (nocicepción), es diferente de la capacidad de sentir dolor. Una medusa, que no tiene sistema nervioso, y una lombriz captan estímulos nocivos y huyen y los evitan. Pero parece poco razonable afirmar que experimentan dolor.
Asimismo, parece poco razonable sostener que los animales dotados de sistema nervioso complejo, como los mamíferos y las aves, no sienten dolor. ¿Cómo se explica, si no, que en la investigación farmacológica se utilicen animales para experimentar con analgésicos y anestésicos antes de aplicarlos en humanos?
Un gato o un gallo atacan el reflejo de sus imágenes en un espejo. A otros animales les resulta indiferente. En cambio, gracias a los experimentos del psicólogo norteamericano Gordon Gallup en 1970, se sabe que los chimpancés se reconocen a sí mismo en el espejo.
El test del espejo se ha repetido con otros animales, como orangutanes, elefantes y delfines, y en todos los casos se han obtenido muestras de autoreconocimiento. Su comportamiento indica que captan que la imagen que ven reflejada en el espejo es la suya.
El autoreconocimiento evidencia una cierta conciencia de identidad personal, de ser un individuo diferenciado del resto y, por tanto, ser sujeto de recuerdos, intenciones y acciones en un sentido parecido al humano.
Asimismo, se han establecido de forma fiable otras capacidades que antes se creían específicamente humanas. Por ejemplo, los chimpancés pueden distinguir entre apariencia y realidad. También pueden anticipar las intenciones de otro chimpancé (o humano) observando la dirección hacia donde mira.
Hasta hace poco, se pensaba que las únicas relaciones entre los animales eran la de las madres con los cachorros y la de la lucha entre machos por el acceso a las hembras.
Sin embargo, en elefantes, bonobos, leones, etc., se han descubierto estructuras familiares complejas. En lobos, primates y elefantes se han descrito estructuras sociales con diversos estatus en lo que respecta a la dirección del grupo y las relaciones de amistad.
Esas estructuras sociales implican un reconocimiento diferenciado de cada miembro del grupo, incluso en grupos de decenas de individuos, como en el caso de los babuinos. También se ha observado el duelo por la muerte de algún miembro del grupo en elefantes, gorilas y chimpancés, tanto en cautividad como en su hábitat natural.
Además, se ha establecido que en las relaciones sociales de bonobos y chimpancés se da lo que se puede considerar, sin antropomorfismo, un comportamiento moral. Por ejemplo, la petición de reconciliación entre dos chimpancés que se han peleado, el consuelo a algún individuo herido, la cooperación y la reciprocidad, la compasión y un cierto sentido de la justicia que lleva a un bonobo a rechazar una recompensa recibida hasta que no la recibe también un compañero que la merece tanto como él.
Por todo esto podemos concluir que, si los humanos tienen mente, los animales también la tienen, aunque en diferentes grados según las especies.
A menudo utilizamos ser humano y persona como sinónimos, pero tienen sentidos diferentes. Ser humano se refiere, quizá de una forma un poco solemne, a un miembro de la especie biológica Homo sapiens. En cambio, persona es una categoría moral, política y jurídica.
Una persona es un ser racional, libre, único e irrepetible.
Por eso, se considera que una persona merece un respeto incondicional, lo que significa que no puede ser tratada como un medio. Es sujeto moral autónomo y responsable. Es sujeto de derechos, por lo que disfruta de la protección de la ley y puede actuar con eficacia jurídica. Como sujeto político, se le reconoce la capacidad de participar en la vida política. La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 establece que todos los miembros de la especie humana son personas.
Ahora bien, ¿son los humanos los únicos animales que pueden disfrutar de la condición de personas? Los descubrimientos sobre la mente animal que acercan a animales humanos y no humanos nos hacen pensar si no sería necesario extender algunos aspectos del concepto de persona y el respeto que merece a los animales que tienen características más cercanas a las humanas: grandes simios (chimpancés, bonobos, gorilas, orangutanes), elefantes, ballenas y delfines. De hecho, en Europa y Estados Unidos, la legislación reciente prohíbe la experimentación que implique la muerte de grandes simios.
Y aunque no tengan características cercanas a los humanos, ¿tenemos que adoptar algunos criterios morales en relación al trato que les damos?
Las posiciones en defensa de los animales se basan en la combinación de diversos criterios morales. A grandes rasgos, las posiciones son estas:
*El conservacionismo: sostiene que es necesario conservar las especies animales y sus hábitats naturales.
*Los amantes de los animales: les gusta el trato con los animales y su posesión como animales de compañía.
* El animalismo: defiende que los animales tienen intereses tan importantes como los humanos, que es necesario tener en consideración.
Se puede ser amante de los animales y no estar en contra de la caza, la pesca o la corrida de toros. En cambio, una persona animalista sí lo estaría, aunque es posible que no fuera aficionada a tener animales en casa. Una persona conservacionista podría aceptar comer carne o estar a favor de la caza, y a la vez promover la protección de la fauna de un hábitat concreto.
Veamos ahora algunos de los criterios morales que se pueden adoptar en nuestra relación con los animales no humanos:
*Criterio del derroche.
*Criterio de la degradación moral del espectador.
*Criterio emotivista.
*Criterio utilitarista.
*Criterio de los derechos.
Un primer criterio moral es considerar a los animales como un recurso que no se puede derrochar. La prohibición del derroche prescribiría que si nos compramos un gato, lo tenemos que alimentar y cuidar; si pescamos un pez, nos lo tenemos que comer. No tendríamos que cazar animales salvajes. A la hormiga, en el bosque, hay que respetarla, pero en la cocina, no.
Extinguir una especie animal también se puede considerar como una forma de derroche, y por ese motivo el conservacionismo defiende evitar actividades que antes se consideraban propias de amates de la naturaleza, como las colecciones de insectos o de mariposas, y la prohibición de la captura y del comercio de especies en peligro de extinción.
En lo que respecta al segundo criterio, los espectáculos que se basan en el sufrimiento animal degradan moralmente a quienes disfrutan de ellos. Promueven la indiferencia al dolor ajeno, disminuyen la compasión natural y alientan la crueldad. Por eso hay que reducirlos o suprimirlos. También se degrada quien hace sufrir a un insecto o maltrata a un animal doméstico.
El emotivismo es una teoría ética que considera que las emociones son el fundamento de la moral.
La benevolencia, la compasión, la empatía son emociones en las que se basan deberes morales como la solidaridad, la protección de los débiles y la ayuda a quien la necesita.
Según esta visión, el grito de un animal herido, atrapado en una trampa o sediento, no es un sonido sin más, sino una interpelación moral que se nos hace, una llamada a nuestra compasión para aliviar su dolor, devolverle la libertad o darle de beber.
El utilitarismo es una teoría ética que propone que la finalidad de la acción moral debe ser aumentar el bienestar y disminuir el sufrimiento del mayor número de individuos.
Puesto que compartimos la capacidad de sentir placer y dolor con los animales, propone que también debemos tener en cuenta el sufrimiento y el bienestar de todos los animales.
Según el utilitarismo, en las situaciones en que existe un conflicto de intereses entre un animal y un humano, debemos decidir tras comparar la importancia de los intereses en conflicto. Los intereses de cada individuo humano o no humano se pueden ordenar según una escala de importancia:
*triviales como la diversión;
*reemplazables como la experimentación ;
*importantes como la alimentación, y
*cruciales como el sufrimiento o la muerte.
Por ejemplo, un espectáculo basado en el sufrimiento de un animal es rechazable moralmente, ya que el interés de un animal en no sufrir es más importante que el del humano en gozar del espectáculo, que es trivial.
En lo que respecta al uso de animales en experimentación, dado que el confinamiento, el sufrimiento e incluso la muerte que podría requerir un experimento atentan contra el interés crucial de los animales en no sufrir, no se debe experimentar para satisfacer intereses menos importantes de los humanos o que puedan ser reemplazados.
Se conocen los grados de toxicidad de todos los compuestos con que se elaboran los cosméticos y los productos de higiene y limpieza. Por eso, un nuevo producto que use alguno de ellos no es necesario que sea testado.
Según los criterios utilitaristas, incluso los animales que acabarán en el matadero deben llevar una vida adecuada a su especie y no sufrir privaciones o incomodidades evitables. Un utilitarista aceptaría comerse a un animal sin noción de identidad personal, como un toro, si hubiese sido sacrificado sin dolor.
Ahora bien, la ganadería intensiva dificulta que los animales puedan vivir de forma adecuada a su especie, lo cual pone en cuestión esta fuente de carne barata. Por eso, aplicar un criterio utilitarista requeriría una disminución de la presencia de carne en la dieta de los países más desarrollados. La razón es que para un animal es crucial no sufrir. Además, hay quien piensa que el interés de los humanos en comer carne es reemplazable.
Finalmente, hay quien defiende que los animales tienen derechos que hay que respetar, como el derecho a la vida, a no ser torturado ni a sufrir privaciones, y a vivir una vida acorde con su especie. Pese a no considerar que todos los animales tienen derechos, nuestras leyes de protección animal establecen que los gatos y los perros tienen derecho a no ser matados en virtud de haber sido fieles compañeros de los humanos desde hace milenios.
Pero hay quien va más lejos y defiende que todos los animales son sagrados, es decir, que merecen un respeto absoluto y, por tanto, tienen el mismo valor que una persona humana. Según ellos, considerar que un humano tiene preferencia sobre cualquier animal es un tipo de especismo.
El especismo es un término similar a racismo o sexismo, que consiste en considerar injustificadamente que la especie propia es superior a las demás.
Rechazar el especismo implica sostener, por ejemplo, que la experimentación médica se haga con humanos, no con ratas de laboratorio.
Los defensores de la concepción de la brecha no podían dejar de reconocer que existía una parte animal que se revelaba en las necesidades del cuerpo, como el hambre o la ser; en las pasiones, como el miedo, la ira o la sexualidad. Desde el ámbito religioso, se propugnaba la renuncia a los placeres de los sentidos y la lucha contra la parte animal.
Esa mentalidad se unía a creencias en seres mitológicos: los centauros, mitad hombre, mitad caballo; los sátiros, que tenían patas de cabra; el minotauro, testa de toro; las sirenas, cola de pez; la esfinge, cuerpo de león y cola de serpiente; los hombres lobo...
Pensar que los humanos tenemos una parte animal se ha utilizado para justificar muchas discriminaciones. Se ha reforzado el sometimiento de las mujeres afirmando que su capacidad para alumbrar las acercaba a la naturaleza animal y eso las alejaba de la plena posesión de las cualidades racionales, que eran atributo de los hombres. Esa era la excusa que justificaba la obediencia exigida por los hombres, la falta de libertad y el menosprecio a sus tareas.
Del mismo modo, el trato inhumano a los esclavos africanos se defendía afirmando hipócritamente que eran como animales, y que, por tanto, no tenían sentimientos y eran menos sensibles al dolor, el sufrimiento y la fatiga. De esa forma se intentaban justificar los trabajos penosos y el trato cruel que tenían que soportar.
La consideración como humanos inferiores o deshumanización también justificó el genocidio de muchos pueblos indígenas perpetrado durante la colonización europea. Se alegaba que eran salvajes similares a animales, y que por eso no merecían ningún respeto.
Irónicamente, la deshumanización de los humanos se ha compatibilizado con la humanización de los animales domésticos. Se ha llegado a considerar más persona al animal de compañía que a otros seres humanos, hasta extremos aberrantes como el de Hitler, que se proclamaba amante de los animales mientras ordenaba el genocidio judío y obligaba a su ejército a resistir hasta la muerte.
Hay quien considera persona a su animal de compañía: el perro, el gato, el hámster, la tortuga o la iguana. Tienen nombres propios, se les habla, tienen su sitio en el hogar y, cuando mueren, reciben un funeral como si fuesen humanos.
Hay que pensar si esos animales no tienen que pagar un precio demasiado alto por nuestras atenciones: el enjaulamiento, la soledad respecto a otros congéneres, la falta de experiencias sexuales, el abandono....
1.Escribe en un máximo de 20 líneas el argumento de un cuento, fábula o película donde salgan animales. ¿Qué visión da de ellos? ¿Sigue una concepción de la brecha o de la continuidad? ¿Se da antropomorfismo?
2.Comenta el siguiente texto: “En los animales no hay ni inteligencia ni alma como se entienden de ordinario. Comen sin placer, se quejan sin dolor, crecen sin saberlo; no desean nada, no tienen nada, no conocen nada; y si actúan de forma que indica entendimiento es porque habiéndolo creado Dios para que se conserven, ha formado su cuerpo de forma que eviten maquinalmente y sin temor todo lo que es capaz de destruirlos” (Nicolás Malebranche. Sobre la búsqueda de la verdad)
3.¿Podemos afirmar que los peces no sienten dolor? ¿Es posible que no sepamos identificar cuáles son sus muestras de dolor? ¿Cómo podríamos resolver el problema?
4. ¿Son los humanos los únicos animales que pueden disfrutar de la consideración de persona? Razona tu respuesta.
5. Busca información en internet sobre el proyecto Gran Simio.
6. Busca en internet algunos de los problemas de la ganadería intensiva.
7. Busca en internet cómo se llama el libro escrito por Peter Singer en 1975 en defensa de los animales.
8. ¿Hacia que posición o combinación de posiciones sobre el trato a los animales te inclinas? Sostenla con argumentos y ponla por escrito.
9. Hay quien defiende con pasión a los animales, pero ¿no deberíamos empezar por defender a los humanos, que con eso ya tenemos suficiente trabajo?
10 Lee esta noticia publicada en un diario de 1976 y responde las preguntas:
“La ama de casa londinense Barbara Carter, ganadora de un concurso benéfico con el que vio cumplido su deseo de besar y abrazar a un león, ingresó el miércoles por la noche en el hospital conmocionada y con varias heridas en el cuello. La señora Carter, de 46 años, había sido invitada el mismo miércoles al recinto de los leones del Safari Park de Bewdley. Al agacharse para abrazar a la leona Suki, el animal se le abalanzó y la tiró al suelo. Según manifestaron los vigilantes más tarde, “parece que nos equivocamos al juzgar a esta leona. ¡Siempre la habíamos considerado totalmente mansa!”.
a) ¿Qué prejuicios sobre los animales crees que tenía la señora Carter?
b) ¿La conducta de la leona respondía a sus prejuicios?
c) ¿Es un prejuicio pensar que la leona es moralmente responsable de la agresión? ¿Por qué?
11.”Los vigilantes de un zoo observan que un delfín nada directamente contra el vidrio del acuario y lo golpea violentamente con el morro. Esa parte del cuerpo de los delfines es muy sensible, por lo que piensan que se ha hecho mucho daño. Sin embargo, el delfín vuelve a golpear una y otra vez, pese a empezar a dejar un rastro de sangre.”
¿Qué explicación se le puede dar? ¿Ha enloquecido? ¿Quiere escaparse? ¿Pretende suicidarse? ¿Quiere llamar la atención sobre alguna cosa? ¿Es un mensaje?
12.¿Serías capaz de llevar a cabo alguna acción en contra del maltrato animal? ¿Cuál?
13. Busca en internet algún documental, corto.... sobre el tema.
(Beltrán del Rey J. - Domingo Belando A. Filo 4. Editorial Vicens- Vives. 2017.)
La democracia nos proporciona los instrumentos políticos más eficaces para solucionar los problemas sociales. Estos son numerosos, y sobre todo acosan a las sociedades menos desarrolladas; pero también afectan a las democracias más avanzadas.
Buena parte de las dificultades que aquejan a las sociedades modernas son consecuencia de su propio éxito. Así curre con los problemas medioambientales, que son resultado, en gran medida, del extraordinario desarrollo económico que esas sociedades han conocido a partir de la Revolución Industrial.
También es el caso de algunos problemas sociales, como la persistente marginación de ciertos sectores de la población, mal preparados para beneficiarse del creciente bienestar de que disfruta la mayoría.
Cabe afirmar, por ello, que en las sociedades actuales nos enfrentamos a dos grandes bloques de problemas: los tecnoambientales y los sociales.
Los problemas sociales en sentido estricto y directo son aquellos que tiene su origen en el modo como nos relacionamos los individuos y los grupos humanos.
1. Definición.
Los más graves problemas de entre los problemas sociales nacen de las dificultades de integración o inclusión social que padecen en nuestras sociedades determinadas franjas de la población.
Una persona está socialmente incluida o integrada cuando tiene la posibilidad de participar efectivamente en las oportunidades y ventajas básicas que la sociedad ofrece.
Lo contrario de la inclusión social es la exclusión social: quien está socialmente excluido carece de esas oportunidades y ventajas que son imprescindibles para realizarse como persona en una sociedad.
2. Formas de exclusión social.
Las formas que adopta la exclusión social son muy variadas. Las principales son las siguientes:
a) La exclusión económica: es la que golpea a las personas que no disponen de recursos económicos suficientes para llevar una vida digna.
b) La exclusión por carencias educativas: afecta a los ciudadanos y ciudadanas que debido a su escaso nivel de formación no encuentran un acomodo profesional aceptable.
c) La exclusión de raíz cultural: es consecuencia de hábitos de vida, costumbres y creencias (incluidas las religiosas) que chocan con las que son mayoritarias en la sociedad.
d) La exclusión por causa de raza: perjudica a quienes tienen un determinado aspecto racial.
e) La exclusión por causa de edad. Sobre todo amenaza a los más jóvenes y a los más mayores, que suelen ser los grupos de edad más vulnerables.
f) La exclusión por discapacidad física o mental: son discapacidades como la ceguera o la sordera, pero también otras que conciernen a las habilidades mentales.
g) La exclusión por apariencia física: afecta a quienes tienen una cierta presencia física (enanismo, obesidad, etc.) distinta de la mayoritaria
h) La exclusión por orientación sexual: margina a las personas que no tienen una orientación heterosexual.
Muchas de estas formas de exclusión social actúan de manera combinada, con lo que se empeoran sus efectos. Por ejemplo, la exclusión económica suele ir acompañada de carencias educativas y, a menudo, de la exclusión cultural y racial.
3. Las causas.
Las situaciones de exclusión social tiene dos tipos de causas: las carencias y las peculiaridades de las personas que las padecen, por una parte, y las actitudes negativas del entorno social hacia esas personas, por otra.
3.1. Carencias y peculiaridades.
Los colectivos sociales excluidos se caracterizan, bien por sufrir determinadas carencias (de carácter económico o educativo, por ejemplo), bien por tener ciertas peculiaridades (digamos, culturales o raciales).
Una carencia es la ausencia de capacidades o recursos generalmente considerados necesarios para desarrollar plenamente el potencial humano de una persona. Una peculiaridad es una característica de ciertos individuos o grupos humanos que son percibidas por el resto de la sociedad como rasgo que los distingue.
Las peculiaridades, en principio, no representan carencias, pero pueden provocar reacciones de rechazo entre sectores de la población que las considera extraña.
Mientras que las carencias son, claramente, una cosa negativa, las peculiaridades no tienen por qué serlo.
3.2. Las carencias que llevan a la exclusión.
Estas carencias pueden ser de dos tipos:
*Las que tienen un origen natural o han sido causadas por un accidente, como, por ejemplo, la mayoría de las discapacidades físicas y mentales.
Ante estas carencias debemos aliviarlas con todos los recursos de la ciencia y la tecnología, de forma que quienes las padecen mejoren su situación.
Además debemos crear un espacio de oportunidades adecuado para esas personas discapacitadas, de manera que puedan desenvolverse en la vida social con los menores obstáculos posibles.
*Las que tienen un origen social, como, por ejemplo, la falta de recursos económicos, obedecen a causas más complejas. Suelen ser fruto de la estructura misma de nuestras sociedades y de la dinámica de desarrollo que les es propia. Esta dinámica, si actúa sin control, tiende a marginar a los sectores sociales más débiles.
La superación de estas carencias de origen social requiere, fundamentalmente, soluciones sociales y, sobre todo, políticas.
3.3. Las peculiaridades que llevan a la exclusión.
A diferencia de lo que ocurre con las carencias, las peculiaridades de ciertos colectivos sociales excluidos no tienen por qué juzgarse de manera negativa.
Lo que resulta negativo, y puede dar pie a la exclusión de tales colectivos, es que otros sectores sociales, quizá mayoritarios, reaccionen con hostilidad hacia esas peculiaridades que repudian.
Pongamos un ejemplo: determinados grupos pueden tener una cultura religiosa distinta de la mayoritaria. Esa peculiaridad, en sí misma, no tiene por qué ser negativa. Pero se convierte en un factor de exclusión social cuando, por tal causa, esos colectivos sufren el rechazo de buena parte de la sociedad.
3.4. Las actitudes que llevan a la exclusión.
En el caso de las carencias, la actitud que más favorece la exclusión de los sectores menos favorecidos es la indiferencia. La indiferencia es la actitud de falta de interés y compasión que nos lleva a despreocuparnos de la situación y los problemas de otros.
En tanto que la exclusión de los colectivos definidos por alguna peculiaridad resulta reforzada por la hostilidad del resto de la sociedad. Esa hostilidad suele basarse en actitudes de temor y odio al diferente. La xenofobia sería un ejemplo de tales actitudes.
La xenofobia es una palabra procedente del griego y que significa "temor al extraño o extranjero". Se aplica a las actitudes de temor y odio a las personas y cosas percibidas como extranjeras.
El desarrollo de actitudes de aceptación de la diferencia- dentro del marco común del respeto a los derechos humanos y a las leyes- es la mejor manera de combatir aquellas formas de exclusión social que nacen del rechazo a los que son distintos a nosotros.
4. La respuesta ciudadana a la exclusión social.
Las actitudes son disposiciones positivas o negativas que se tienen hacia determinadas personas o cosas y que influyen en nuestro comportamiento en relación con ellas.
Para combatir las situaciones de exclusión, las actitudes sociales hacia los excluidos han de pasar, de la indiferencia o el desprecio, al compromiso solidario y la aceptación activa (actitud positiva ante personas o cosas que se traduce en un trato abierto y fluido con ellas) del diferente como un igual.
Es normal que nos identifiquemos con quienes son similares a nosotros, es más difícil hacerlo con personas que son distintas en muchos aspectos.
Sin embargo, lo que nos identifica como ciudadanos no es lo que tenemos de más parecido, sino el bien común más amplio que a todos nos afecta y engloba. Ese bien común es el que defiende la ley. Por eso la igualdad entre ciudadanos y ciudadanas es una igualdad entre gentes diferentes y, sin embargo, solidarias.
La solidaridad es una actitud y comportamiento de apoyo y ayuda hacia aquellas personas y grupos con los que de algún modo nos sentimos unidos.
La ciudadanía de una democracia acepta hacernos iguales mediante la ley precisamente para ser más libres, independientes y creativos. De ahí que el concepto ciudadano de igualdad se concrete en el principio de igualdad de oportunidades que es un principio que establece que las posibilidades de mejora que la sociedad pone al alcance de las personas deben depender de la capacidad y del mérito de estas.
La igualdad es igualdad de oportunidades de realización personal; es decir, tiene como objetivo l ejercicio de nuestra libertad individual.
Una igualdad que tenga como fin la libertad de cada uno debe basarse en el respeto, en la aceptación de la dignidad y la libertad del otro. No puede ser autoritariamente impuesta, sino democráticamente pactada.
Pero esta igualdad es vulnerada por cualquier forma de exclusión social. Por eso, evitar estas situaciones es un deber básico de la ciudadanía.
La exclusión social representa un atentado contra la igualdad, y sin igualdad no puede haber libertad para todos y todas.
Esta es la razón de que la exclusión de los colectivos sociales menos favorecidos sea el mayor enemigo de la convivencia ciudadana y deba ser combatida mediante la solidaridad.
(Navarro Sustaeta P y Díaz Martínez C. Educación ético-cívica. Editorial Anaya. Madrid. 2008)
1. EL CÍRCULO TRÓFICO.
Un círculo trófico constituye un sistema de relaciones entre los diferentes elementos materiales (minerales, rocas, agua, aire) y los distintos seres vivos (animales y vegetales) que pueblan un hábitat determinado.
Un círculo trófico puede ser relativamente reducido o enormemente grande. Puede tratarse del ecosistema existente en un pequeño lago, en un río o en un bosque, o tratarse del ecosistema de un continente o de la Tierra en su totalidad. En este caso, el círculo trófico fundamental se encuentra formado por la constante interrelación de los siguientes elementos:
1. LO QUE DEBE SABER UN CIUDADANO SOBRE DERECHO.
Continuamos nos encontramos en situaciones que nos ponen en contacto con el derecho. Comprar el periódico, comprar las entradas del cine, pedir una plaza en el instituto, son actos en los que el derecho está implicado.
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